Gabriela - 11-09-2009 - 23:52:52h
¿y la gente que no vive más que para el gimnasio? ¿Y la gente que está a dieta permanente y es víctima de las dietas milagro? ¿Y la gente que se opera, que se pone/quita mamas, culo, labios? Esa gente "guapa" ¿cómo tiene la autoestima? Por desgracia vivimos en una sociedad tan deshumanizada y con unos ideales sociales tan absurdos y estrechos que sólo pueden tener una buena autoestima los psicópatas.
Gordita - 11-09-2009 - 20:36:54h
Juan, tu comentario es injusto y lleno de prejuicios. Mucha gente come barbaridades, sin control ni cuidado y permanece en su peso. Yo no sufro de sobrepeso en este momento pero he pasado la vida luchando contra mi cuerpo y sigo haciendolo. Paso hambre, privaciones y hago ejercicio. Tengo fama de comer poco y siempre de dieta, y no, no atraco la nevera y si, siempre bajo supervisión médica, veo a mi dietista dos veces al mes. Los campos de concentración son ejemplos extremos de desnutrición y no ejemplos de régimenes sanos de alimentación. Un poco de comprensión, por favor.
C. Martín - 11-09-2009 - 23:45:56h
Mucho psicólogo y mucha autoestima. Hay que ganarse la vida de alguna manera, aunque sea diciendo chorradas. Los psicólogos han contribuido a cargarse, a hundir el sistema educativo en España. Los psicólogos de la LOGSE han hecho maravillas, y así nos va. Pero con eso no les basta: hay que sacar el jugo de los que tienen una baja autoestima. No sé si mi ejemplo será representativo, pero ahí va. Durante estas vacaciones, sin tener que madrugar y sin tantas cosas más, me sentí PERSONA. Hasta mi querido michelín se redució notablemente. Ahora vuelvo a sentirme una MIERDA. Eso sí, una mierda con mala leche. La medicina sí tiene unas bases científicas, la psicología es un conjunto de teorías contradictorias. Quizás con el tiempo se aclaren.
Heloise - 12-09-2009 - 08:59:06h
Yo, cuando nací, ya era gordita. Toda la familia se volvía loca de contento al ver lo bien que comía la niña; nunca me quitaron de comer. Con esto quiero decir que se nace con el gen de la obesidad. Los padres deben controlar la alimentación de sus hijos desde pequeñitos. Tengo 54 años y, desde los 14 ó 15, estoy a dieta continua. Ni que decir tiene que sigo estando gordita. Lo llevo en los genes. Mi bisabuela materna pesaba ciento y pico kilos. Yo, lo tengo claro. Por supuesto, no me abandono hasta el extremo de obesidades importantes, pero tengo temporadas de estar mejor y otras que me veo gordísima. Ahora mismo, que trabajo de oficina (llevo tres meses), no hago ejercicio y como un poco más de lo que no debo, he engordado bastante. Como el trabajo es "de verano", estoy deseando terminar para ponerme a dieta estricta y matarme a caminar. ¡Qué mal repartido está el mundo, ¿verdad?! Ah, y a pesar de lo mío, también soy de las que miran comer un helado a un obeso mórbido y pienso que no debería. Yo misma me siento superculpable cuando lo como y no lo disfruto. ¡Qué pena de vida!